Editorial

¿Qué hay detrás del fin del home office y el retorno inminente a las oficinas?

Mucho se comenta sobre el ferviente retorno a las oficinas por parte de las grandes empresas, en contraste con las más pequeñas, después de años de abrazar el teletrabajo.

¿A qué se debe el inminente regreso a las oficinas?

Los ejecutivos esgrimen diversas razones para respaldar estas decisiones, enfocándose en gran medida en la cuestión de la productividad y argumentando que el entorno hogareño está plagado de distracciones. Sin embargo, esta noción de que la oficina brinda un oasis de paz, serenidad y fuente inagotable de creatividad, suena un tanto utópica.

No obstante, las especulaciones acerca de posibles motivaciones adicionales no escasean. Surge la interrogante: ¿podría el auge de este regreso en masa, particularmente en las grandes corporaciones, estar vinculado al colosal negocio que gira en torno al sector inmobiliario?

En un artículo difundido por okdoomer, la autora Jessica Wildfire hace referencia a un informe del mes de mayo que arrojó luz sobre una asombrosa cifra: en Estados Unidos, los conglomerados empresariales ostentan préstamos que ascienden a la cifra de 1.2 billones de dólares, todos ellos destinados a torres de oficinas repartidas por toda la nación.

Jessica Wildfire señala de manera contundente: “En algunos casos, estos mismos actores son los que han incursionado en la adquisición de viviendas, provocando una escalada en los precios del mercado inmobiliario residencial”.

Torres de oficinas en estado de suspensión

Es importante considerar que cuando la pandemia arribó, desencadenando la paralización de ciertos mercados, estos poseedores de inmuebles, tal como lo señala The Financial Times, aprovecharon los beneficios de un “dinero casi gratuito” proporcionado por la Reserva Federal para adquirir lo que se ha denominado “edificios de oficinas emblemáticos”.

No obstante, con la adopción generalizada del trabajo a distancia, han quedado en una encrucijada, incapaces de arrendar dicho espacio de oficina a ningún inquilino. La consecuencia: una proliferación de torres de oficinas que bien podrían ser calificadas como “zombis”.

Si profundizamos aún más, emerge el dato de que entre el 12 y el 20% del espacio de oficinas permanece vacante. Según la información compartida por okdoomer, esta situación es calificada como “más severa que la recesión de 2008”.

A menos que estos dueños encuentren vías para rentabilizar sus propiedades corporativas en un futuro cercano, podrían verse abocados a dejar de cumplir con sus préstamos, lo cual podría desembocar en la posesión por parte de los bancos de enormes torres de oficinas imposibles de comercializar.

Millonarios enfrentan grandes pérdidas

Un informe presentado por el McKinsey Global Institute profundizó en el impacto del trabajo remoto y el modelo híbrido sobre el panorama inmobiliario en las principales metrópolis del mundo.

De acuerdo con sus estimaciones, en nueve de estas urbes a nivel global, el trabajo a distancia “podría reducir el valor de los espacios de oficina en hasta $800,000 millones de dólares para el año 2030. Y esta cifra es tan solo la proyección más conservadora”.

Las ciudades en cuestión son: Pekín, Houston, Londres, Nueva York, París, Múnich, San Francisco, Shanghái y Tokio. De entre todas ellas, San Francisco, que engloba a Silicon Valley, se perfilaba como la más afectada por esta tendencia de declive inmobiliario.

En sintonía con un análisis presentado por expertos de Morgan Stanley, se vislumbra un futuro en el que el sector inmobiliario comercial podría atravesar circunstancias aún “más críticas que durante la Gran Crisis Financiera”.

Los espacios de oficinas desocupados se convierten en un dilema financiero para aquellos dueños y compañías que habían invertido ingentes sumas en la adquisición, alquiler y renovación de edificios corporativos con el propósito de acoger y atraer a sus trabajadores.

Este análisis continúa con una observación clave: “Si los empleados no retornan a sus puestos en las oficinas, esto podría ejercer un impacto significativo sobre las empresas ubicadas en las principales ciudades”.

La autora del artículo en okdoomer adopta un enfoque crítico y expone: “Una vez más, la élite se encuentra en una encrucijada considerable. Pretenden que el resto de nosotros les venga en su rescate. Si no anhelan nuestros fondos fiscales, procuran que cedamos nuestra libertad y autonomía“.

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