Inteligencia Artificial

Yuval Noah, historiador, expone su preocupación ante el avance inminente de la Inteligencia Artificial

El historiador israelí Yuval Noah Harari, conocido por su libro “Sapiens”, ha expresado su preocupación acerca del avance de la Inteligencia Artificial (IA), la cual, según él, podría ser un competidor peligroso en el dominio humano de la narración.

Preocupación por quién escribe la historia

Recientemente, Harari se unió a miles de expertos, incluyendo a Elon Musk, en una carta en la que pedían una moratoria en la investigación de programas como ChatGPT, un modelo de IA capaz de interactuar con humanos en textos creativos y con matices inquietantes.

Harari ha enfatizado que la IA representa una amenaza particularmente grave para las democracias, más que para los regímenes autoritarios, ya que las democracias dependen de la conversación pública.

La democracia es esencialmente conversación, personas hablando entre sí. Si la IA toma el control de la conversación, la democracia desaparecerá

El historiador israelí Yuval Noah Harari ha expresado su alarma ante el hecho de que la inteligencia artificial (IA) es la primera tecnología en la historia que puede crear historias por sí misma.

Según él, la creencia colectiva en “historias” como la fe, las finanzas y la nación ha alimentado el dominio humano sobre la Tierra, y ahora la IA tiene ese mismo poder, lo que demuestra que el potencial de la tecnología, tanto para el bien como para el mal, es ahora inmediato y real.

Harari señala que la nueva generación de IA no se limita a difundir los contenidos creados por los humanos, sino que puede producir contenido por sí misma.

Esto plantea la posibilidad de un mundo en el que la mayoría de los textos, melodías, series de televisión e imágenes sean creados por una inteligencia no humana, lo que Harari argumenta que simplemente no podemos comprender las consecuencias.

¿A dónde se dirige la IA?

Harari sugiere que la IA pronto podría ir mucho más allá, imaginando un mundo en el que “entras en Internet y discutes con alguien sobre algún tema político. Puede que incluso te envíen un video hablando. Pero no hay ninguna persona detrás. Todo es IA”.

En una distopía descrita por The Telegraph, la falsificación digital sintética no sería creada por un ser humano cualquiera. En cambio, debido a que las personas cercanas son las que más influyen, podría parecer que un amigo o pariente te está convenciendo de las ventajas de un producto o de su postura sobre el cambio climático, las vacunas o la inmigración.

Según Harari, esto representaría un poder para manipular el discurso público nunca visto, y haría que los escándalos de influencia en las redes sociales de los últimos 10 años, que ya han desempeñado un papel en elecciones desde Brasil hasta Estados Unidos, parecieran triviales.

Harari también advierte sobre el efecto potencialmente malicioso que la tecnología podría tener en el campo de batalla, especialmente en manos de regímenes totalitarios.

En comparación, el régimen nazi se basaba en tecnologías como los trenes, la electricidad y las radios, mientras que un nuevo régimen en el siglo XXI tendría herramientas mucho más poderosas, como la inteligencia artificial. Por lo tanto, las consecuencias podrían ser mucho más desastrosas y se desconoce si la humanidad fuese capaz de sobrevivir a ellas.

El historiador se muestra frustrado por la falta de conciencia sobre el peligro que representa la inteligencia artificial (IA). Según él, es la primera tecnología en la historia capaz de tomar decisiones por sí misma y, por lo tanto, es esencial que se tomen medidas para asegurarse de que las decisiones que tome sean beneficiosas para la humanidad.

Se requiere una regulación

Además, Harari afirma que la IA está desplazando el poder por primera vez en la historia, lo que hace que sea crucial que se comprenda lo que está sucediendo y se tomen medidas para garantizar que la IA no tome decisiones negativas que afecten nuestras vidas.

El historiador israelí defiende la regulación de las herramientas de IA y la compara con la necesidad de normas en los estudios médicos. Señala que es extraño y preocupante que las empresas puedan lanzar herramientas de IA poderosas al mercado sin pasar por un proceso de regulación similar.

Harari afirma que es responsabilidad de los gobiernos garantizar estas medidas y no de los líderes de grandes empresas tecnológicas como Elon Musk o Zuckerberg, quienes no representan a nadie más que a sus accionistas y no son elegidos por la gente.

Artículos relacionados

Back to top button