Investigación y Desarrollo

Crean nemátodos que pueden acabar con las células cancerígenas

Investigadores de la Universidad de Osaka han logrado detectar que cierto tipo de gusanos microscópicos, mejor conocidos como nemátodos, pueden matar las células cancerígenas, un descubrimiento que abre paso a la cura del cáncer, aunque aún faltan muchos años de investigación.

A finales de 2021, un grupo de científicos desarrollaron una prueba de detección del cáncer utilizando lombrices intestinales modificadas genéticamente, que ayudaron a detectar signos tempranos de cáncer de páncreas con solo una gota de orina. Este desarrollo podría asociarse con los nematodos y así poder atacar las células infectadas que posteriormente provocan varios tipos de cáncer.

Uno de estos tipos de nematodos es Anisakis simplex, una criatura marina microscópica a la que le gustan especialmente las células cancerosas. Estos gusanos se cubren con una sustancia a base de hidrogel para que puedan viajar por la sangre y así detectar signos tempranos de la enfermedad y atacar antes de que se desarrolle.

Las investigaciones indican que los nematodos pueden usarse potencialmente para entregar cargas funcionales a una serie de objetivos específicos en el futuro. Dada la adaptabilidad de las cubiertas de hidrogel, este sistema de administración basado en gusanos es prometedor no solo para administrar medicamentos contra el cáncer a las células tumorales en los pacientes, sino que también tiene aplicaciones potenciales en otros campos, como la administración de bacterias beneficiosas a las raíces de las plantas.

Los científicos descubrieron que el gusano recién creado podría transportar y administrar agentes anticancerígenos para matar las células cancerosas in vitro. Los resultados fueron muy claros. La carcasa de ninguna manera obstaculiza la supervivencia de los gusanos y era lo suficientemente flexible como para preservar la movilidad y la capacidad natural de los gusanos para buscar olores atractivos y señales químicas.

Anisakis simplex detecta el cáncer, potencialmente al detectar su “olor”, y se adhiere a los tejidos cancerosos. Esto significa que este procedimiento podría usarse para administrar tratamientos contra el cáncer directamente a las células cancerosas en el cuerpo humano.

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