Inteligencia Artificial

Esto es lo que debes saber sobre la Inteligencia Artificial y cómo funciona

Muchos aún tenemos dudas acerca de la Inteligencia Artificial, desde cómo inicia su desarrollo y cómo llega al punto de amenazar los empleos de muchas profesiones, es por ello que hemos recopilado las preguntas más interesantes respondidas por una experta en IA lo que nos brinda un panorama más claro al respecto.

Amparo Alonso Betanzos

Cátedra sobre la Inteligencia Artificial

La responsable de responder estas preguntas es Amparo Alonso Betanzos, catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Universidade da Coruña (España) y asesora del rector en temas de IA, con más de 30 años de experiencia en el campo. Además, ella también ha ocupado la presidencia de la Asociación Española de Inteligencia Artificial (AEPIA).

Recientemente, hemos sido testigos de algunos acontecimientos destacados en el ámbito de la inteligencia artificial (IA). En primer lugar, un ingeniero de Google afirmó que un sistema de IA ha logrado desarrollar conciencia y emociones.

Posteriormente, se difundieron imágenes de Midjourney, y nos vimos cautivados por las capacidades de ChatGPT. A medida que estos avances ganaban popularidad, también surgieron advertencias, temores y llamados a la regulación. Junto con estos acontecimientos, surgieron numerosas interrogantes.

¿Cómo funciona la IA?

La inteligencia artificial se puede abordar desde diferentes perspectivas, lo cual la hace un campo complejo de comprender. Básicamente, existen dos enfoques principales para entender su funcionamiento.

El primero es la inteligencia artificial simbólica, también conocida como IA clásica, en la cual se adquiere conocimiento a través de expertos en el campo. Esta forma de IA es más transparente, pero tiene limitaciones en términos de escalabilidad.

El segundo enfoque, que es el predominante en la actualidad, se basa en datos. En este caso, el sistema se alimenta con datos específicos de un dominio determinado, y a partir de ahí, aprende y extrae patrones. Esta forma de IA es capaz de generalizar, predecir y realizar diversas tareas en áreas como el procesamiento de lenguaje natural, la visión artificial y el aprendizaje automático.

Existen modelos que emplean un proceso de razonamiento basado en el aprendizaje profundo, utilizando redes neuronales con múltiples capas, las cuales aprenden de los datos proporcionados. Sin embargo, también existen otros modelos, como el razonamiento por refuerzo y otros enfoques, que pueden ser utilizados para el aprendizaje y la obtención de conocimiento por parte de la IA.

¿De dónde proviene la información que utilizan?

El origen de las bases de datos utilizadas por la inteligencia artificial depende en gran medida del sistema en cuestión. En el caso de sistemas expertos relacionados con patrones médicos, se extraen datos de amplias bases de datos clínicas que se enfocan en enfermedades o tipos específicos de pacientes.

En la actualidad, el proceso de digitalización en el que nos encontramos inmersos es tan vasto que existen sensores capaces de recopilar datos de prácticamente cualquier proceso natural o industrial que podamos imaginar. Prácticamente todas nuestras experiencias cotidianas se han vuelto digitales: desde nuestros viajes hasta nuestros registros médicos y nuestras preferencias personales.

Un ejemplo común es cuando nos sentamos frente al televisor y recibimos recomendaciones personalizadas sobre qué ver. Estas recomendaciones se basan en nuestras interacciones previas en esa plataforma. Todos estos datos se pueden convierten en el alimento de los algoritmos de inteligencia artificial, permitiéndoles mejorar sus capacidades y ofrecer resultados más precisos.

Peligros de la IA

Existen diversos peligros asociados a la inteligencia artificial. Por ejemplo, uno de ellos es que el sistema pueda comportarse de manera inadecuada y que la persona no sea capaz de detectarlo, es decir, que la supervisión del sistema no sea lo suficientemente rigurosa. Sin embargo, este tipo de fallas no son exclusivas de la IA, también pueden ser atribuidas a errores humanos.

Otro peligro radica en que la profesión de la IA aún presenta una marcada inclinación hacia el género masculino. Es importante tomar conciencia de que gran parte del futuro se está diseñando con tecnología, por lo tanto, es crucial definir cómo deseamos que sea ese futuro.

El diseño de estas herramientas requiere que seamos conscientes de los sesgos existentes y necesitamos la participación de todos para abordar este desafío. El sesgo es un riesgo significativo en el ámbito de la IA, por lo que es fundamental que todos formemos parte de su desarrollo y aplicación.

Sin embargo, la IA también está empoderando a las personas en la toma de decisiones. Imagina que eres un médico con múltiples síntomas y dudas. Puedes recurrir a un colega, en este caso, una IA, que te brinda información que estrecha tus posibilidades y te ayuda a tomar decisiones.

Aunque la IA puede sugerirte qué ver en una plataforma de recomendaciones, la decisión final siempre recae en ti. No permitimos que la máquina decida por nosotros. Es cierto que la IA es un campo en constante avance y es importante establecer regulaciones adecuadas para su aplicación y desarrollo.

IA y la conciencia

Es importante tener en cuenta que la mayoría de los sistemas de inteligencia artificial superan nuestra inteligencia en campos específicos. Muchas de las IA que existen se especializan en áreas de nicho estrecho, lo que significa que pueden mostrar un alto nivel de inteligencia en un dominio particular.

Por ejemplo, el programa AlphaGo, diseñado para jugar al juego de mesa Go, puede vencer al campeón mundial en ese juego. Sin embargo, si deseamos que juegue al ajedrez, debemos enseñarle por separado, ya que no puede transferir automáticamente sus habilidades.

Si bien las IA pueden ser excelentes en el diagnóstico de ciertos tipos de cáncer, no son competentes como médicos generales debido a la amplitud del conocimiento requerido en esa área.

En cuanto a la conciencia, las IA pueden, en cierta medida, modelarla o simularla. Existen robots que pueden modelar sentimientos y aparentar tener una conciencia real, pero aún no entendemos completamente cómo se producen ciertos procesos de la conciencia en los seres humanos. Es un campo complejo y vasto.

Aunque podemos ver herramientas como los chats, que debido a su naturaleza lingüística parecen ser más versátiles, en realidad, lo que hacen estas máquinas es predecir la siguiente palabra en un texto. Son buscadores muy sofisticados, pero no pueden razonar profundamente porque carecen de conciencia.

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