Investigación y Desarrollo

Los drones serán una parte fundamental de las Fuerza Aéreas de los Estados Unidos

El costo de la guerra disminuye con estos pequeños dispositivos.

El futuro de la defensa aérea en Estados Unidos no se centra en colosales bombarderos ni aviones de gran envergadura, sino más bien en el papel protagonista de los drones.

Drones y su papel en la guerra

Según revela un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), divulgado por Anduril, la empresa de drones fundada por el creador de las Oculus Rift, el potencial para lograr la superioridad aérea radica en sistemas no tripulados de pequeño tamaño.

Estos drones, caracterizados por su bajo costo, reutilización y capacidad para ampliar el respaldo en operaciones complejas que demandan reconocimiento y precisión, se erigen como piezas clave en la evolución estratégica del panorama defensivo.

Una vulnerabilidad evidente en el sistema de defensa estadounidense ha quedado al descubierto en las últimas semanas, con más de 73 ataques dirigidos a las tropas desplegadas en Iraq y Siria.

Guerra económicamente muy diferente

Este preocupante incremento de ataques, en su mayoría atribuidos al uso creciente de drones por parte de fuerzas enemigas, resalta la necesidad de replantear las estrategias defensivas. Según Anduril, la compañía de drones fundada por el creador de las Oculus Rift, la ineficacia de emplear armamento costoso y con limitaciones, como misiles, contra drones más económicos es evidente.

En este contexto, el informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) subraya la imperativa transición hacia la incorporación estratégica de drones. El dilema estratégico demanda una apuesta decidida por drones de pequeño y mediano tamaño, según indica el documento.

Este enfoque no solo ofrece una respuesta más eficiente a la amenaza actual, sino que, según el informe, también “amplifica otras tendencias de la guerra moderna, como la complicación adicional del espacio aéreo, la saturación de los campos de batalla con más medios de reconocimiento y ataque”.

Menos personas para operaciones aéreas con drones

Las ventajas asociadas a la apuesta por los drones son notables en varios aspectos. Más allá de su integración fluida en operaciones, estos dispositivos ofrecen beneficios sustanciales en términos de viabilidad económica, ya que requieren solo un operador para su funcionamiento.

En comparación, el empleo de plataformas de aviación, según detalla el informe, conlleva típicamente la participación de más de 100 personas por plataforma para tareas de uso y mantenimiento.

Adicionalmente, la curva de aprendizaje es significativamente más reducida, y no se requiere una inversión en infraestructura para su implementación.

Ataques más rápidos y precisos

En términos de capacidades, el informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) destaca las “capacidades únicas para la guerra moderna inherentes a los drones, incluyendo el aumento de operaciones aéreas a un costo reducido y la habilidad para escanear y atacar “objetivos de interés” de manera rápida y eficaz.

Reiterando la discusión, persisten limitaciones evidentes en el ámbito de los drones. Aspectos como la capacidad de carga, que abarca explosivos y suministros pesados, continúan siendo áreas donde estos dispositivos presentan restricciones.

Sin embargo, uno de los desafíos más significativos radica en el alcance de vuelo y la autonomía. En la actualidad, los drones de combate poseen un rango de vuelo de aproximadamente ocho kilómetros, una cifra insuficiente para abordar gran parte de las operaciones requeridas.

Drones ya habían sido utilizados en el pasado

Adicionalmente, los drones no logran operar en las mismas condiciones que las aeronaves convencionales. Su mayor sensibilidad al viento y a condiciones adversas constituye otro factor a considerar en su desempeño.

Aunque la atención se ha intensificado recientemente en el aumento del número de drones destinados al ejército, estos dispositivos han estado desempeñando un papel crucial en operaciones de combate durante casi una década.

El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) señala ejemplos notables, como su participación en la guerra civil de Yemen, que comenzó en 2014, la confrontación en Iraq y la actual guerra de Ucrania y Rusia.

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